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ada vez somos más conscientes de la importancia que el peso tiene sobre la salud de nuestro organismo.
Ahora que venimos de unas fechas donde es fácil vernos con unos kilos de más, también nos parece desde Albariza el momento idóneo para contarte como puede afectar ese exceso de peso en tu labor del día a día en el trabajo.

Te dejamos algunos datos previos a meternos de lleno en el tema que seguro pueden interesarte, y que hoy recopilamos de la web de ASEPEYO:

  • Casi el 82% de la población considera que tiene peor imagen social una mujer con obesidad que un hombre en la misma situación.
  • Un 65% opina que una persona delgada lo tiene más fácil a la hora de encontrar trabajo que una persona con exceso de peso
  • Un 72% lo consideran como un impedimento a la hora de encontrar pareja sentimental.

Y lo llamativo tras lo anterior, es que un 40% desea perder peso motivado por cuestiones estéticas o sociales y no de salud.


El sobrepeso como factor de riesgo en la siniestralidad laboral

Ahora bien, sabemos que la prevalencia dentro de la población activa es de más del 15% del total de la misma, aumentando el índice de siniestralidad en casi 5 puntos en las personas coon obesidad respecto a las que no la sufren.

Pero, ¿por qué es un riesgo?

Se conoce como obesidad al exceso de peso dado por un aumento de la grasa corporal. El hecho de padecer obesidad no solo está asociado a un aumento en la probabilidad de padecer múltiples enfermedades, sino que además las personas con un IMC mayor de 30 ven aumentado el riesgo de mortalidad en más de un 50%.

Como sabemos el estado de salud de los individuos es esencial para el desarrollo de sus capacidades. Una persona con sobrepeso es más propensa a presentar complicaciones como la diabetes mellitus, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, asma, hipertensión arterial, artritis o incluso estrés o depresión. Estas dolencias producen limitaciones para que una persona pueda desarrollar su actividad laboral de forma normal, influyendo negativamente en su productividad.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), una persona obesa experimenta un aumento del 50% en la pérdida de productividad y requiere un 88% más de visitas médicas que una persona sana.


¿Puede hacer algo la empresa para combatirlo?

La respuesta es clara. Sí. Por ejemplo, una empresa puede adecuar los horarios de comida, los espacios para disfrute de la misma, etc., a parámetros que faciliten hábitos de vida saludables para el empleado.

¿O es que no está más que demostrado que cuanto menor es el tiempo para comer, peor es la calidad de la alimentación? O tal vez, si tu empresa facilita tickets para poder comer en algunos restaurantes, puedes pedirle que cierre una colaboración con alguna alternativa que ofrezca alternativas a menú saludable.

Por su parte, la empresa se beneficiará a su vez de las medidas empleadas, ya que sufrirá una menor rotación de personal y obtendrá un ambiente laboral que fomentará la productividad y el trabajo en equipo.

En definitiva, cuanto más ayuda tengamos para frenar la obesidad mejor para la salud de todos. Hay que hacerle frente desde todos los campos, por lo que es muy importante que tanto trabajadores como empresarios se involucren activamente en ello, porque, al fin y al cabo, todos saldremos ganando.